martes, 15 de mayo de 2012

MI PROCESO DE APRENDIZAJE EN LAS PRÁCTICAS




Cogiendo de nuevo el contrato de aprendizaje de principio de curso y analizándolo me doy cuenta de la utopía en la que creía que iba a entrar.

En la universidad es cierto que te enseñan una gran cantidad de conceptos teóricos para luego poder aplicar en la práctica y desarrollar una actitud pedagógica adecuada; pero hasta que no llega el momento de aplicarla no te das cuenta de lo difícil que puede ser el mero hecho de respetar el ritmo de los niños en todo momento o de ser constante en cuanto a las rutinas de aula que a veces no pueden ser llevadas a cabo.

Las primeras semanas de prácticas fueron un caos ya que tuve la sensación de que las educadoras daban patadas a todo lo que nosotras habíamos aprendido, pero luego van pasando las semanas y entiendes que hay veces en las que si quieres que la dinámica de aula funcione no puedes respetar el ritmo de todos los niños por igual, y menos teniendo en cuenta que estoy ubicada en un aula mixta donde la diferencia de edad se nota muchísimo.

Revisando mi contrato de aprendizaje solo voy a destacar un aspecto, el cual veo súper importante hacer énfasis ya que para mi era el que más miedo me daba:

En primer lugar mi capacidad de iniciativa, de intervención, algo que veía tan difícil incluso cuando había empezado las prácticas. No veía el momento de tomar yo sola la clase, de explicarles una actividad, de contarles un cuento o de simplemente cantarles una canción. Pensé ya me saldrá, ya con la práctica me habituaré y así fue. A medida que pasaban las semanas ya me sentía cada vez más cómoda con los niños. Pasé de no intervenir hasta que la maestra me lo pidiese ha entretener a los niños cuando la maestra estaba ocupada, cantándoles, contándoles un cuento o simplemente explicando la actividad la cual íbamos a llevar a cabo.

Lo que más me facilito el soltarme fueron dos semanas en las cuales la tutora por problemas personales se ausentó, por lo que yo en ayuda de la +1 llevábamos la clase. A partir de ese momento ya me daba igual si estaban los padres delante mientras les cantaba o mientras hacia cualquier tipo de actividad con ellos.

Fue en ese momento en el que me di cuenta de verdad que esta era la profesión a la que quería dedicarme en mi futuro, costase lo que me costase.

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