Cogiendo de nuevo el
contrato de aprendizaje de principio de curso y analizándolo me doy cuenta de
la utopía en la que creía que iba a entrar.
En la universidad es
cierto que te enseñan una gran cantidad de conceptos teóricos para luego poder
aplicar en la práctica y desarrollar una actitud pedagógica adecuada; pero
hasta que no llega el momento de aplicarla no te das cuenta de lo difícil que
puede ser el mero hecho de respetar el ritmo de los niños en todo momento o de
ser constante en cuanto a las rutinas de aula que a veces no pueden ser
llevadas a cabo.
Las primeras semanas de
prácticas fueron un caos ya que tuve la sensación de que las educadoras daban
patadas a todo lo que nosotras habíamos aprendido, pero luego van pasando las
semanas y entiendes que hay veces en las que si quieres que la dinámica de aula
funcione no puedes respetar el ritmo de todos los niños por igual, y menos
teniendo en cuenta que estoy ubicada en un aula mixta donde la diferencia de
edad se nota muchísimo.
Revisando mi contrato de aprendizaje
solo voy a destacar un aspecto, el cual veo súper importante hacer énfasis ya
que para mi era el que más miedo me daba:
En primer lugar mi
capacidad de iniciativa, de intervención, algo que veía tan difícil incluso
cuando había empezado las prácticas. No veía el momento de tomar yo sola la
clase, de explicarles una actividad, de contarles un cuento o de simplemente
cantarles una canción. Pensé ya me saldrá, ya con la práctica me habituaré y así
fue. A medida que pasaban las semanas ya me sentía cada vez más cómoda con los
niños. Pasé de no intervenir hasta que la maestra me lo pidiese ha entretener a
los niños cuando la maestra estaba ocupada, cantándoles, contándoles un cuento
o simplemente explicando la actividad la cual íbamos a llevar a cabo.
Lo que más me facilito el
soltarme fueron dos semanas en las cuales la tutora por problemas personales se
ausentó, por lo que yo en ayuda de la +1 llevábamos la clase. A partir de ese
momento ya me daba igual si estaban los padres delante mientras les cantaba o
mientras hacia cualquier tipo de actividad con ellos.
Fue en ese momento en el
que me di cuenta de verdad que esta era la profesión a la que quería dedicarme
en mi futuro, costase lo que me costase.